Luthien Pimentel (12 años): “Quiero que los niños con diabetes sepan que no existen los límites”
Hace ocho meses atrás, Luthien Pimentel, una joven deportista de 12 años, vivía en Copiapó con sus padres y dividía sus días entre sus prácticas de tenis de mesa; su colegio, el Liceo Politécnico Belén de la Sagrada Familia de Urgel; sus clases de pintura y su participación como acólita de la Parroquia San Francisco. Todo parecía normal, sin embargo, algo no andaba bien. Luthien bajó 10 kilos en un mes, a pesar de que comía bastante y además, estaba consumiendo más líquido de lo habitual. Esto alertó a su mamá, Daniella Aránguiz.
Mientras Luthien participaba en un campeonato de tenis de mesa,”le vino una hipoglicemia, por lo que tuvimos que viajar de urgencia a Santiago, donde tuvo que quedarse hospitalizada cinco días”, relata la madre.
Desde ese episodio, las vidas de Luthien y su familia cambiaron. “Cuando nos comunicaron el diagnóstico, fue un impacto para mi marido y para mí. Uno se pregunta ¿por qué no yo en vez de ella? Pero también me di cuenta de que las cosas pasan porque tienen que pasar y en el momento justo, porque ella lo tomó súper bien. Luthien nos enseñó que no era nada del otro mundo. De hecho, el primer día ya se estaba poniendo insulina sola”, asevera.
Y así lo afirma la propia Luthien: “La diabetes no me afectó en nada, sigo siendo la misma”. Lo que sí hizo fue aprender sobre su condición, cuidar su alimentación e inyectarse ella misma la insulina. “A pesar de los cambios, Luthien hace una vida muy normal. Si tiene que ir a un cumpleaños va con su máquina e insumos; hace lo mismo que antes, sólo con la diferencia de que cuando entrena tiene que medirse la glicemia antes, durante y después”, detalla la madre.
“Nadie le va a cortar las alas”
El deporte ha sido otro aliciente para que Luthien maneje su diabetes, ya que baja su glicemia. Además, ha fortalecido su independencia y sus sueños. “La Luthy entrena de lunes a sábado, dos horas diarias después del colegio. Y lo hace porque ella quiere ser campeona nacional. Para ella no hay límites y nadie le va a cortar las alas”, enfatiza su madre.
Es por ello que planifica reunirse con el Seremi de Deportes, en busca de auspicio para viajar a Brasil a una clínica deportiva que dura 1 semana. “Mi idea es incentivar a otros niños con diabetes a realizar deportes y que sepan que no tienen límites”, asegura la menor.
Pero ese no es el único objetivo de Luthien y su mamá, ya que a través de las redes sociales han formado grupos de jóvenes y adultos con diabetes en Copiapó para orientarlos sobre lo que es la diabetes, especialmente a los que han sido diagnosticados hace poco.
“Uno como mamá tiene que ser fuerte y buscar una buena educación en diabetes, no sólo a través de lo que nos dicen los médicos e internet, sino también asesorándonos con los laboratorios y con otras mamás que están en el mismo caso, ayudarnos entre nosotros, porque somos poquitas. Yo feliz de ayudar a alguna mamá que necesite orientación, de hecho en Copiapó tratamos de hacerlo”, cuenta Daniella.
Y agrega: “Hacemos vocería con Luthien, contamos que no es tan terrible tener diabetes. Y también tratamos de ayudar, por ejemplo, cuando nos sobran insumos los repartimos con la comunidad. De hecho ahora nos regalaron un monitor para un abuelito que no tenía para tomarse la glicemia”.
Esta preocupación por enseñarles a las personas sobre la condición ha hecho que Luthien tenga muy claro lo que desea estudiar cuando crezca. “Quiero ser doctora, endocrinóloga, para ayudar a los jóvenes y a los adultos con diabetes. Me gustaría seguir hablando de la enfermedad, porque así también aprendo yo”, señala.