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Danilo Rosas (23 años): “Hay muchas cosas buenas de tener diabetes acompañado”.

Este joven estudiante de Administración y Empresas de la V región tiene diabetes tipo 1, al igual que su hermana Teresa, desde los 3 meses de vida. “Teresa me ha ayudado a entender que la diabetes no es castigo, sino es algo que nos acompañará toda la vida y que debemos vivir con ella responsablemente”, señala.

A sus cortos 23 años, Danilo es todo un luchador. Desde que nació ha debido superar diferentes retos que lo han vuelto más fuerte. Todo comenzó a los 3 meses cuando fue hospitalizado sin diagnóstico claro. Los especialistas aconsejaron a los padres de Danilo despedirse de su hijo, ya que no tenían esperanzas de que sobreviviera, hasta que un día le hicieron un último examen, con el cual descubrieron que tenía diabetes. Había nacido con ella.

Sus padres comenzaron a informarse leyendo y asistiendo a charlas y actividades de Accu-Chek®. Pero como todo niño, pronto comienza a rebelarse, no respetando del todo su régimen alimenticio. “Mis papás me cuidaban harto y me enseñaron lo que debía comer y cuándo, pero yo igual comía dulces a escondidas”, afirma.

Al crecer se volvió más responsable, ya que más tarde que temprano supo que el no cuidarse le podría acarrear serios problemas de salud. Era tanto su entusiasmo que incluso realizó charlas en su colegio para que la comunidad educativa supiera de su condición.

A los 18 años sufre un gran impacto. “Mi mamá murió de cáncer y me dio depresión. No me preocupaba de nada, menos del orden de las comidas. Hasta que me dio un coma diabético y una cetoacidosis y estuve casi 15 días en la UCI”, relata. Pero no quería morir, así que cuando estuvo fuera de riesgo vital, se prometió que se cuidaría y sería responsable. Y así lo hace: para mantenerse activo y saludable come en las horas adecuadas, realiza ejercicios en un gimnasio y practica desde los 17 años Krav Maga, un arte marcial.

Además, estudia Administración de Empresas en el DUOC de Viña del Mar, trabaja de guardia de seguridad en la empresa First Security, que le exige desempeñarse en diferentes supermercados de la Quinta Región, y se da tiempo para sus variados hobbies como dibujar, escribir canciones de rap, leer comics y también, para su novia, Katherine Holguín. Ella es una joven estudiante de Tecnología Médica que lo apoya “en todas”.

“La diabetes no es castigo”

El ejemplo de perseverancia de Danilo ha sido clave para sus dos hermanos, sobre todo para Teresa, quien también tiene diabetes desde los 3 meses. “Somos los únicos de la familia con la enfermedad, aunque a ella se la detectaron más fácilmente, por lo que su tratamiento fue inmediato”, explica.

Danilo relata que creció muy unido a su hermana, y que se apoyan mutuamente. “Hay muchas cosas buenas de tener diabetes acompañado, lo que más destaco es que muchas veces mi hermana me ha visto caer física y emocionalmente, sobre todo después de la muerte de nuestra madre, y me da ánimo para seguir adelante y entender que la diabetes no es castigo, sino es algo que nos acompañará toda la vida y que debemos vivir con ella responsablemente”.

Por todo lo que ha pasado en su vida, Danilo se ha vuelto un joven maduro, que aconseja a quienes recién debutan con diabetes: “Es fundamental que se vean con especialistas, pero también que investiguen. No hay que quedarse solo con lo que nos dicen los médicos, porque somos nosotros, quienes tenemos diabetes, los principales encargados de tener la enfermedad bajo control”.

En el futuro se proyecta casado con su polola y con hijos. “Me gustaría cumplir mi sueño de adoptar un niño o una niña para darle un hogar y amor de familia. Y en el área laboral, me encantaría trabajar como gerente en una importante empresa, a fin de reunir el capital suficiente para tener mi propio negocio, una cafetería al estilo Starbucks tal vez”, dice con entusiasmo.

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